Pintarse las uñas es una forma divertida de expresar tu estilo, pero no todo lo que brilla es bueno. A veces, por ahorrar unos pesos, terminamos usando esmaltes que pueden dañar nuestras uñas más de lo que pensamos. Aquí te cuento por qué vale la pena pensarlo dos veces antes de usar productos de baja calidad.
1. Químicos que no deberías tener cerca
Muchos esmaltes económicos contienen ingredientes como formaldehído, tolueno y ftalatos. Tal vez esos nombres no te suenen mucho, pero pueden causar desde alergias y picazón hasta problemas respiratorios. Algunos incluso están relacionados con alteraciones hormonales. En pocas palabras: no es buena idea tenerlos tan cerca de tu piel y uñas.
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2. Tus uñas terminan sufriendo
¿Te ha pasado que tus uñas se sienten más frágiles o se rompen fácilmente después de pintártelas? Es posible que el esmalte que estás usando tenga una fórmula que las reseca o daña. A veces incluso dejan un color amarillento difícil de quitar. Todo eso es más común cuando se usan productos con pigmentos o ingredientes de baja calidad.
3. Duran poco y lucen mal rápidamente
Otra cosa que pasa seguido con los esmaltes baratos es que se descarapelan al poco tiempo. Eso te obliga a estar retocando o removiendo y volviendo a pintar constantemente, lo cual también termina dañando las uñas. Y a la larga, ese ahorro no lo es tanto si tienes que comprar más seguido.
4. También afecta al planeta
Además del impacto en tu salud, muchos de estos productos se fabrican sin seguir buenas prácticas ambientales. Algunos vienen en envases que no se pueden reciclar, y sus residuos pueden terminar siendo contaminantes.
¿Qué puedes hacer?
Busca esmaltes que indiquen en la etiqueta que están libres de tóxicos, como los que dicen “5-free” o “7-free”. También es bueno darle un descanso a tus uñas de vez en cuando y dejarlas sin pintar por unos días para que se recuperen.
En resumen
Quizá un esmalte barato parece buena idea al momento de comprarlo, pero si sumas los efectos en tu salud, en tus uñas y en el medio ambiente, no resulta tan conveniente. Invertir en productos más seguros es una forma de cuidarte por dentro y por fuera.